Puedo sentir el tacto de tus dedos sobre el bambú de la flauta.
Todo el universo está hablando a través de este minúsculo instante que palpita al compás de los truenos resonando entre las montañas.
Como un murmullo, los pensamientos se desvanecen, como fugándose.
Envuelto de música y exhalando feminidad, cada vez que el aire sale por cada orificio del bansuri la sensualidad crece de esa manera que precede a una sexualidad que es amor absoluto cuando desborda.
Y como un pescador que observa el mar desde su casa de piedra mientras en el horno se hacen los boniatos, te deshaces de tu jersey de lana.
Las notas siguen saliendo de tu boca como tú, que sales y te mojas.
… Con los ojos cerrados porque sabes que poco se ve con ellos.
Porque toda la Vida brota de un milagro.
Y somos libres ahora.
Porque no tenemos miedo.
Porque no te aferras a la Vida.
Porque llueve.
Y a Vida alegre, el campo huele.